- Se tuvo que alinear rumbo a la candidatura al Gobierno de QRoo, pero no deja de desestabilizar
Por Agencias SFAS/ Luis A. CABAÑAS BASULTO.- Prácticamente descartado en la lucha por la candidatura del PRI a la gubernatura de Quintana Roo, al presidente municipal de Benito Juárez, Paul Carrillo de Cáceres, no le ha quedado más remedio que disciplinarse ante el gobernador Roberto Borge y sumarse al llamado del considerado “Caballo negro” de la contienda, el secretario de Gobierno, Gabriel Mendicuti Loría, en el sentido de evitar faltarle al respeto a la imagen del Ejecutivo.
Y es que, prácticamente surgido de la nada, donde su encargo de mayor relevancia fue la presidencia del CDM del PRI en Cancún, el munícipe fue uno de los más beneficiados por el mandatario estatal con la obtención de la candidatura en Benito Juárez, primero, y con un cuestionable “manejo” priísta para arrebatarle dos trienios consecutivos de poder al PRD.
Para nadie es un secreto que el saco le quedó demasiado grande al joven político que, sin suficientes “tablas”, le falta capacidad para gobernar un polo de desarrollo turístico del tamaño de Cancún, un verdadero monstruo administrativo que aporta más del 28 por ciento de las divisas que ingresan al país por concepto de la llamada “industria sin chimeneas”.
DEBILIDAD POLÍTICA
Con una manifiesta debilidad política y administrativa, sumada a la hormonal que sus propios correligionarios le han criticado, Paul Carrillo jamás pudo poner orden frente a sus colaboradores, cada uno de los cuales hace y deshace las cosas como le pega la gana, el mejor ejemplo de ellos su director de Fiscalización, Raymundo López Martínez, acusado una y otra vez -con los pelos de la burra en la mano- de extorsionar a los empresarios locales.
Y qué podemos decir de su titular de Seguridad Pública, Arturo Oliveras Mendiola, acusado de tortura, corrupción, acoso sexual y utilizar la corporación para festejos privados en los que se pervierte a menores de edad con el uso de armas de fuego de grueso poder.
Pero además, el munícipe, en flagrante práctica de nepotismo, ubicó en esa corporación a su propio tío, Leonel Federico Carrillo Castilla, con el cargo de comandante y la función de coordinar la Unidad de Verificación del Transporte de Carga, con la encomienda de extorsionar a los conductores y dividir la lana con su jefe.
No de balde alguien preguntaba en qué se parecía y diferenciaba Paul Carrillo de Tarzán: Primero, en que ambos están totalmente rodeados de animales… con la “pequeña” diferencia de que al llamado “Hombre mono” SÍ le hacen caso aquéllos.
En efecto, para nadie es un secreto que quien realmente representa el poder tras el “poder” en Benito Juárez es el secretario general de la Comuna, el “Ecologista” ex diputado local José de la Peña Ruiz de Chávez, último de los funcionarios en ser nombrado por el alcalde, luego de que éste recibiera “línea” de su padrino político, el ex gobernador Félix González.
Así, el militante del PVEM no ha tenido ningún empacho en evitar o propiciar la anarquía interna en el Ayuntamiento, sabedor de la incapacidad del presidente municipal y, sobre todo, de las soñadas aspiraciones de éste a la gubernatura de Quintana Roo, a la que impulsa a su propia correligionaria, la aún diputada federal Gabriela Medrano Galindo.
No obstante, rumbo a sus propias nulas posibilidades, el propio Paul Carrillo se ha encargado de cavar su tumba, ya que, entre sus múltiples yerros, equivocó su estrategia de “pre-precampaña”, al irse con todo contra el ahora diputado federal recién electo, José Luis “Chanito” Toledo Medina, a quien consideraba -erróneamente- como el enemigo a vencer.
Para ese efecto, el munícipe empleó todo tipo de recursos, sobre todo económicos -provenientes del erario- para despotricar contra el entonces diputado local, principalmente a través de diversos medios de comunicación.
Con todo, apenas el miércoles último decía que su “trabajo” le permitiría ser considerado o no como candidato a la gubernatura 2016.
Paul Carrillo, quien ha desempeñado sus escasas funciones con una actitud más gerencial que de verdadera autoridad, excepto al cobrar impuestos y adoptar acciones represivas a las manifestaciones sociales -generalmente se le ve enyesado de piernas o brazos-, aseguró estar enfocado en el “trabajo” porque éste le permitiría ser considerado candidato.
A 11 meses de distancia de las elecciones y con muchísimos pendientes en un municipio y ciudad turística de Cancún, con casi 900 mil habitantes que requieren atención de su presidente municipal y su gabinete, lo que menos ha hecho es enfocarse a lo que se comprometí y juró en la Constitución: Trabajar realmente por los benitojuarenses, para lo cual faltan muchos meses y pendientes.
No bien falta que rinda su segundo informe de gobierno y aún pensaba en la gubernatura sin pensar en sus funciones como servidor público, lo que es grave, hoy considera, al igual que Mendicuti Loría, que no es momento de hablar de aspiraciones, sino de trabajar a favor de los quintanarroenses, quienes pagan el salario de los servidores públicos.
Mientras que el Secretario de gobierno resalta en particular que se debe respetar al gobernador Roberto Borge porque le restan un año y dos meses de administración, Paul Carrillo admite haber quedado fuera de la carrera y destaca que le incomoda el tema de las candidaturas por tener un gobernador aún en funciones y al que se deber respetar políticamente.
Su otra “carta”, sin embargo, sería el subsecretario de Turismo federal, Carlos Joaquín González, con quien habría sostenido reuniones en secreto y al que el mandatario considera su “enemigo acérrimo”, aunque Paul Carrillo le debe la diputación local, y fue su coordinador de campaña en 2009 cuando llegó aquél arribó a la Cámara de Diputados.
Lo único cierto es que lo que no quiere Paul Carrillo es quedarse sin “hueso” a partir de 2016.