EL GOLPEADOR DE PERREDISTAS, PEDRO JIMÉNEZ LEÓN, UTILIZA LA SEDAFOP PARA SER CANDIDATO A GOBERNADOR

PEDRO PUEBLO

  • Desquiciado por alcanzar la nominación, utiliza recursos públicos para campaña

 Por PEDRO PABLO JARAMILLO/Carismático, astuto y hábil en el manejo del influyentismo político, Pedro Jiménez León, se ha visto implicado en varios escándalos públicos en su larga carrera política, debido a su particular forma de ejercer la función pública y por apadrinar lucrativos asuntos y negocios, aun cuando estos sean en contra del erario y los intereses del Estado.

Su personalidad raya en el cinismo, pues pese a ser señalado como un destacado miembro del Clan Conasupo, el secretario de Sedafop se deslinda diciendo que él es un político que se hizo ajeno a los grupos y que su única lealtad es a su jefe y a su partido.

Pese a que ha sido señalado como empleado del Jefe del Clan Conasupo, Gustavo Rosario Torres, actual secretario de Gobierno,  el ex diputado federal  en realidad es un político ventajoso, marrullero y traidor a sus amistades a los que abandonó desde que dejó el PRI y se fue al partido que hoy lo cobija: Movimiento Ciudadano.

Para muchos Jiménez León no solo es uno de los políticos más influyentes del actual gobierno, sino que también tiene una prolongada historia de nepotismo, tráfico de influencias, corrupción y venganza política, como producto de su ambición personal de llegar a ser gobernador del Estado, pese a las detracciones de sus enemigos y por estar ligado a la mafia que por años gobernó Tabasco.

Empero, todo mundo sabe que Jiménez León proviene del Clan Conasupo con quienes asaltó el poder público desde la década de los ochenta, en el gobierno de Enrique González Pedrero, a quien deslumbró con su perorata ideológica priísta, y quien lo hizo presidente municipal de Comalcalco,  en su último tramo de gobierno.

De allí para acá, Pedro Pueblo ha utilizado el poder público para avasallar enemigos, dividir grupos políticos y conformar una pléyade de políticos corruptos, ladinos y ventajosos que lo único que desean es asaltar el poder en 2018, bajo la sombra de la SEDAFOP desde donde ha estado sacando recursos para hacer campaña política con programas electoreros, clientelar y a modo, que le permitan estar en la “jugada” de la sucesión gubernamental.

 

PEDRO EL GOLPEADOR

Bajo el estigma de haber sido el golpeador de perredistas en la década de los noventas, Jiménez León se ha dedicado en los tres años y nueve meses que lleva al frente de la Sedafop a construir su proyecto político rumbo a la gubernatura estatal, bajo la premisa de no dejar pasar a ningún perredista puro y mucho menos a quienes atenten contra su malévolo plan.

Cabe recordar que Jiménez León fue dirigente estatal del PRI en 1994 durante la campaña política de Roberto Madrazo a la gubernatura del Estado y en enero del 95 fue el principal promotor de la garrotiza que le dieron a los perredistas que protestaban frente a palacio de gobierno por un presunto fraude electoral cometido al candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador.

Ese año, Jiménez León se ganó el mote de Pedro Garrote, pues ya investido como presidente de la Gran Comisión del Congreso Local, se dedicó amedrentar a los perredistas, a mandarlos a golpear y no conforme con ello, a muchos les retiró sus dietas por el simple hecho de no doblegarse a los designios de su jefe: Roberto Madrazo.

Pese a esos antecedentes de golpeador de perredistas, Jiménez León se asume ya como el candidato del gobierno para el 2018, pues cree que muchos perredistas ya le han perdonado lo que les hizo y que lo apoyarán en su locura senil de gobernar Tabasco.

Presume que el PRD lo va arropar y que sus cuadros vigentes y su actual líderes políticos lo van a apoyar para ganar la nominación sin problema alguno, aunque muchos piensan diferente y lo que quieren es que “muerda el anzuelo” para sacarle lana y dejarlo con el bat al hombro.

 

DESVIO DE RECURSOS A DIESTRA Y SINIESTRA

Así, mientras el gobernador Arturo Núñez se esfuerza para sacar adelante a Tabasco luego del enorme saqueo heredado por Andrés Rafael Granier Melo, Jiménez León sigue empecinado en construir su proyecto electoral en los 17 municipios, desviando recursos públicos para la estructura electoral que está montando ya en varias comunidades, a donde lleva programas de apoyo al campo de manera electorera y clientelar.

En los municipios los líderes campesinos y dirigentes de asociaciones productivas no entienden cómo es posible que Jiménez León se haya olvidado de las tareas de promover la inversión y el fomento de las actividades agropecuarias en el agro tabasqueño, y por tres años y medio este utilizando los recursos federales y estatales de la Sedafop para hacer campaña.

Para muchos de ellos en el campo hay pobreza, marginación, desempleo y está descapitalizado debido a que los programas de apoyo y las inversiones federales se van a grupos afines y amigos incondicionales de Jiménez León, además de que las pocas empresas sustentables que existen son co propiedad del flamante funcionario.

 

PRUEBA PALPABLE DE LA CORRUPCIÓN

El caso más evidente de la enorme corrupción que priva en la Sedafop se dio en junio del 2014, cuando el productor ganadero y agropecuario de Cunduacán, Uriel Ruiz Loroño, denunció ante la PGR y la Contraloría Estatal a varios funcionarios de la Sedafop presuntamente implicados en los delitos de fraude y falsificación de documentos por varios millones de pesos.

Entre los implicados en la querella judicial estaban el titular de esa dependencia, Pedro Jiménez León y el subsecretario de Desarrollo Agrícola, Ulises Lanestoza Zurita, amigo íntimo del titular de la Sedafop, además de otros funcionarios menores que se encargaban de firmar documentos oficiales y falsificar firmas de presuntos beneficiados.

Si bien la Procuraduría General de la República y la Contraloría Estatal indagaron los hechos, al final el silencio se hizo cómplice y el productor fue amenazado e incluso llevado ante Jiménez León para obligarlo a que se retractara de las querellas.

Para muchos, el asunto fue frenado por los intereses “obscuros” que se manejaban, entre ellos el que el gabinete no fuera exhibido por las corruptelas de Jiménez León y porque además el dirigente nacional del Partido Movimiento Ciudadano (PMC), Dante Delgado Ranauro,  donde milita el funcionario, pidió meter las manos por su pupilo.

A dos años de esos hechos, las cosas en la dependencia estatal siguen peor. Pese a que el gobernador Arturo Núñez ha insistido en el propósito de iniciar el rescate del agro tabasqueño, Pedro Jiménez León le lleva la contraria, se mofa y lo peor: se niega a cumplir las metas para el campo.