OJEDA, TRAIDOR DE TRAIDORES EN TABASCO

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  • Su ambición por el poder no tiene límites, al grado de meter en problemas el gobierno nuñizta que a tiempo se deslindó del empresario hotelero

 

Por JORGE MACARIO/A nueve meses de haber ofrecido no adelantar su candidatura para gobernador (programa Telerreportaje diciembre 2015), César Raúl Ojeda Zubieta rompió las reglas del juego.

Su ambición por el poder político, su deslealtad hacia el gobernador Arturo Núñez, su escasa visión política de lo que pasa y sucede en el Estado y su estigma del fracaso y derrota en su anterior encomienda lo hacen presa fácil de sus desesperaciones y elucubraciones mentales.

El lunes 26 de septiembre salió a demostrar lo que es y ha sido siempre en su desventurada vida política, en la que ha transitado con más yerros que tinos, más fracasos que triunfos y más incompetencia que responsabilidad.

En lo que la prensa calificó como un “franco encuentro político y de intercambio de ideas”, el fracasado ex secretario de Gobierno se reunió en conocido restaurante de un hotel de la ciudad, con el dirigente estatal del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Adán Augusto López Hernández, con quien en años anteriores había tenido desencuentros, choques y hasta distanciamiento.

Durante el encuentro se notó a un Ojeda Zubieta jovial, de buen tono, como nunca lo había demostrado cuando estuvo al frente de la Segob, incluso sonrió a un más cuando al convivio se unieron el priísta Florizel Medina Pereznieto y el líder del PVEM estatal, Federico Madrazo Rojas.

Su personalidad en vez de crecer se opacó. Todo mundo sabe y conoce en Tabasco de que píe cojea el ex secretario de Gobierno. Todo mundo conoce a que es proclive el empresario hotelero metido a político:  a medrar del presupuesto público y a no servir con lealtad a quien le da la oportunidad de servir.

DE FRACASADO A TRAICIONERO

Desde que tomó las riendas de la Secretaría de Gobierno, César Raúl Ojeda Zubieta se dedicó a soslayar los problemas, a des oír las denuncias y a permanecer en el confort de sus lujosas oficinas del palacio azul de Méndez y Carranza.

Rodeado de zalameros, lame botas y políticos nefastos, Ojeda Zubieta comenzó a tejer toda una red de complicidades y traiciones desde la Secretaría de Gobierno, donde utilizó todo el presupuesto público y los equipos e infraestructura que esa dependencia tiene para vigilar, coaptar y amedrentar a sus enemigos políticos y a los amigos del gobernador enemistarlos con él.

Su perversa estrategia de desgastar la imagen del gobierno, le dio resultado pues en los primeros meses del 2013 provocó el distanciamiento de AMLO con el jefe del ejecutivo, debido a que el gobierno del cambio no atendía unos reclamos de gente allegada al ex candidato presidencial.

Pese al reclamo que AMLO le hizo en privado al jonuteco, Ojeda Zubieta siguió de frente enemistando al gobernador con todo mundo, provocando distanciamiento con los empresarios, dirigentes de partidos políticos, sectores sociales, dirigentes sindicales y ciudadanía, quienes de pronto no entendían la cerrazón del gobierno a sus exigencias y demandas.

TRAIDOR POR NATURALEZA

Ojeda Zubieta en tres años y pico que estuvo al frente de la SEGOB estatal nunca ayudo al Gobernador Arturo Núñez a llevar la gobernabilidad del Estado. Por el contrario, los problemas sociales crecieron, las demandas laborales se hicieron patentes en las calles y los problemas de inseguridad y desempleo se fueron al alza.

Hoy el empresario político busca reflectores para allanar una candidatura que no le corresponde. Que no merece ni se la ha ganado a pulso. Ojeda Zubieta demuestra con esa reunión que tuvo con los enemigos del Gobernador, su bajeza política y su poca moral pública y lo que es más grave: Que nunca le interesó la gobernabilidad de Tabasco.

Por eso muchos dirigentes de partidos políticos lo miran con recelo, con desconfianza y hasta con odio, porque saben que el empresario y político no es leal a nadie. No es capaz de ser amigo de quien le da la confianza y no es digno de llamarse político completo, cuando su carrera política ha sido fincada en favores económicos, transas, cochupos y lambisconería.

En tres años y medio que estuvo al frente de la Segob estatal, Ojeda se dedicó a chantajear a su amigo el Gobernador, a decir que ya merito y se iba a descansar a su casa con sus nietos para hacer “bolita de mocos” con ellos. Hoy la realidad es que debido a sus nulos resultados, a su figura mediocre y desleal, Ojeda Zubieta está desgastado, cuestionado y lo que es peor: sin equipo para dar la pelea.