Por Alfonso Carbonell Chávez

Ahorrar ¡millones!

 

Empiezo por contarles una anécdota de allá a finales de los 70’s cuando trabajé en el Banrural (Banco Nacional de Crédito Rural). Sí esa institución que daba créditos al campo y, la verdad, siendo su propósito realmente encomiable, terminó como muchas instancias de gobierno, sumergido en la corrupción. Pero vuelvo al tema porque hubo un tiempo, un momento de plena congruencia de la referida institución bancaria en que se alió o más bien contrató, los servicios de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) de la que un grupo de investigadores de la máxima casa de estudios de México conformó, conjuntamente con profesionistas del propio banco, un grupo multidisciplinario que se avocó al estudio y desarrollo del campo mexicano y la incidencia y/o aportes o efecto de una instancia financiera gubernamental como, precisamente, el Banrural.

 

Solo mencionaré algunos nombres de quienes, desde la UNAM, lideraron este proyecto. Y la verdad, perdón, no recuerdo en estos precisos momentos los nombres de ellas y ellos mis compañeros de trabajo del banco que al igual que yo estuvimos en dicho proyecto. Todas y todos ¡excelentes! Un abrazo. Encabezados por el Doctor Raúl Carbajal Moreno, estaban nombres como Vladimir Sacks, Roberto Newman, Sofía Liberman entre otras y otros, todos bajo la conducción (externa) de Russell Ackoof, uno de los principales artífices de la reconstrucción de Europa después de la Segunda Guerra Mundial, en el ámbito de la planeación. De ese tamaño. Pero bueno, aterrizo el por qué el título de esta entrega, va; en un pizarrón en una sala de juntas de la sede nacional del Banco y ante la presencia de altos funcionarios, ah y claro, después de realizar un análisis del comportamiento de los créditos en función de los ciclos agrícolas por más de seis meses, el doctor Carbajal, en presencia de sus colegas y el equipo que desde el banco nos habíamos integrado, soltó una idea que sorprendió a más de tres… ¡a todos!; funcionarios bancarios y el equipo; ¿haber?, dijo el científico, cuánto gastan en levantar el presupuesto anual del Banrural año con año (me recuerdo que se iba a empezar en experimentar el presupuesto por programas que mereció meses de capacitación, compra de equipo y etc.), pues, dijo el director adjunto; como tantos miles de millones de pesos (antes de quitarle ceros al peso por supuesto) en el que un ejército saldríamos a los bancos regionales a levantar los presupuestos. ¡Ufff!

 

Ahorrar ¡millones!… II

 

Para los que saben e incluso para los que no, entendemos que la agricultura y otras actividades agropecuarias giran en torno a las estaciones; es decir de lluvias para sembrar y de tiempo para cosechar. Así las labores culturales tienen, en el tiempo, un comportamiento más o menos regular que se repite ciclo con ciclo desde toda la vida de la humanidad sedentaria. Se empieza con la preparación de tierras incluso con La nada recomendable labor de roza, tumba y quema. Pero en fin. A qué voy y termino con la anécdota que, por supuesto, me servirá para el parangón político-electoral que quiero ilustrar. La curva del crédito (financiamiento) de las labores culturales  que requiere la siembra, cultivo y cosecha es así (dibujó en el pizarrón una curva de comportamiento en un ciclo agrícola el primavera verano para el caso es igual), tras lo que dijo con gran aserto; el comportamiento histórico de esta curva varía sólo cuando se atrasan o adelantan las lluvias u otros fenómenos ajenos al comportamiento de los propios cultivos, así es qué, dibujando otra curva más o menos cercana a la curva histórica promedio un poco arriba dijo; ¡este es el presupuesto que se requiere para el próximo año!… solo asígnenles montos y ¡eso es lo que se va a requerir! La lección se entendió… pero eso no era negocio.

 

Ahorrar ¡millones!… III

 

Sin certeza de que el ejemplo o anécdota (¡verífica!, vacilaba mi padre) les haya quedado algo clara, voy al entuerto final: en esta competencia electoral intermedia para diputados y diputadas federales y de, por supuesto, las locales en 17 estados del país y del nuestro claro está, muchos millones de pesos nos ahorraríamos (ojo no los partidos ese dinero no es de éstos sino del pueblo) si solo nos detuviéramos a reflexionar hacia dónde se inclina la balanza. Sí, la balanza del dinero, los embutes, las complicidades institucionales y la siempre dolorosa por no decir ¡desleal!, actitud ciudadana que sucumbe ante las dádivas de la clase política.

 

Así es qué, ahorrémonos millones de pesos en estas farsas electorales cuando ya, desniégenmelo (dixit Arcadio Acevedo) saben, sabemos ¡se sabe!, quiénes van a ganar. Entonces, pregunto; ya trazó su hipérbola en la elección en curso y la que viene, y sí me refiero a la local que está ya próxima. Porque, la verdad, y no me lo está preguntando, por lo que hace a las que corren es decir la de diputados federales muchas y muchos y les espeto respetuosamente ¡qué púctas! (dixit Nefta mi “brody”) Y eso, créamelo,  ¡encabrona! Y molesta, así lo dejo, porque saben a ciencia cierta que no tienen ni la menor oportunidad. Que es un simple engaño su inscripción en la boletas ¡nada que ver! ¿Dónde están? En qué gastan sus prerrogativas. Puro y vil engaño de que compiten, de que contienden. ¡Basura electoral! Y ahí le va mi lista, como la “curva de Carvajal”, de quiénes ganarán. Ahorrémonos ¡millones!

 

Ya de salida

 

Pues nada, que nos amanecimos con la noticia del cambio en la coordinación de la fracción parlamentaria del PAN en el congreso local, y por ende, la diputada Gloria Luna Ruiz, asumió la Junta de Coordinación Política de la LXV legislatura en sustitución de la joven Itzel de León Villard. Por demás, cantado. Mucha tinta ha escurrido (sin alusión personal) en donde se menciona, consideran y analizan desde diversas ópticas el “inesperado” cambio aunque, y miren que se agradece la franqueza, la propia Luna Ruiz aclara que esto fue acordado desde la asunción primera de la diputada Itzel. Y qué bueno que se hable con la franqueza en honor a la palabra dada sobre todo, y déjenme acotarlo así, cuando de dos mujeres trata; una, ciertamente joven como Itzel a la que le espera, así lo ha hecho notar, un camino al servicio de Chiapas. Le concedo el beneficio. En tanto la señora Gloria Luna pues bueno, lo trae en la sangre. ¡Cálmense perros! Ella pudiéndose dedicar a otra cosa se impuso y eso salta a la vista, andar en estos menesteres de la política en la que hasta hace apenas un par de décadas era casi prohibitivo para una mujer. O de menos en una sociedad machista, mal visto. Ya ha sido diputada federal y dos veces local y hasta hoy, que se sepa, nada de escándalos ni públicos ni privados. Bienvenida al mundo real. ¿O no compas?…// Me queda claro.

 

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