“El Chapo”, misión ¡NO cumplida!

                                     Por Luis A. CABAÑAS BASULTO*

Era de esperarse que tanto el PRI como el Verde “Ecologista”  prácticamente se arrodillaran ante el presidente Peña Nieto tras la nueva recaptura de Joaquín “El Chapo” Guzmán, cuando que el PAN y PRD fueran más cautos en su opinión, aunque no por ello le regatearon su reconocimiento a las fuerzas armadas por su papel en la detención del rey del narcotráfico mundial.

Los partidos Movimiento Ciudadano y Morena fueron los únicos en coincidir en que, pese a tanta alharaca tras el anuncio como una supuesta “misión cumplida”, ésta quedó muy lejos de cumplirse, ya que la verdadera misión no era recapturarlo, sino evitar que se fugara y mantenerlo en prisión, pero el Estado volvió a fallar en ésta segunda evasión.

Por ejemplo, el diputado Víctor Manuel Sánchez Orozco explicó que la misión no se cumplió porque las instituciones de seguridad y de procuración de justicia federales, ahora más preocupadas en inculpar a la actriz Kate del Castillo, desatendieron las causas sobre cómo se fugó “El Chapo” desde la primera ocasión.

En efecto, no se investigó a profundidad que durante más de un año antes de su fuga el sinaloense ablandara y resquebrajara todo el sistema penitenciario, entre otros, ordenando golpear custodios, corrompiendo funcionarios, desapareciendo y mandando asesinar los vigilantes que se oponían a sus extorsiones y chantajes.

Por eso logró fugarse por segunda ocasión sin que las instituciones de Estado fueran capaces de prevenirlo, y literalmente dejaron solos a los elementos de seguridad de bajos niveles, y de ahí la posibilidad de que Guzmán Loera pudiera fugarse por tercera oportunidad vez si el Estado no cambia esas estrategias de seguridad penitenciaria, donde las palabras clave son prevención e inteligencia.

Con todo, reiteramos, la misión no está cumplida porque la recaptura no disminuirá la violencia del país, sino que, por el contrario, podría aumentar, tal y como ha ocurrido muchas veces, cuando, al caer un capo, surgen los choques de cabecillas y grupos del mismo cartel.

Asimismo, existen enfrentamientos entre cárteles que tratan de aprovechar la debilidad de la caída del capo para reposicionarse en los territorios de narcotráfico que controlan por todo el país.

La misión no está cumplida porque el gobierno federal está lejos de combatir con eficacia el “lavado” de dinero que provoca el crimen organizado, y que en México asciende a entre 10 mil y 50 mil millones de dólares anuales, según agencias e instituciones de seguridad, justicia y criminales del país y de EE.UU.

Si comparamos las ganancias provenientes del crimen organizado con los aseguramientos de la PGR, éstos son sólo baratijas. Mientras no exista una verdadera eficacia en combatir esas ganancias ilícitas, jamás disminuirá la violencia por todo el país.

En este sentido, podemos anticipar que concluirá el sexenio de Peña Nieto y la captura del Chapo no resolverá el narcotráfico ni disminuirá la violencia, con lo que veremos, como hoy, el gran fracaso de este gobierno.

No existe misión cumplida mientras el gobierno federal no ataque las causas que originan el narcotráfico, como la pobreza, la falta de empleo digno y educación para todos; la desigualdad, corrupción e impunidad, entre otros.

La captura de “El Chapo”, con la que el gobierno federal ha hecho un circo mediático, no resuelve el grave problema de México con el narcotráfico y sus consecuencias. No se habrá cumplido la misión mientras no responda a los miles de familiares que buscan a sus desaparecidos, entre ellos los 43 normalistas de Ayotzinapa.

La misión está lejos de cumplirse porque, en realidad, el crimen organizado es un gobierno paralelo en México, donde, bien decía la diputada Norma Nahle García, la peor pesadilla es la descomposición social que nos ha alcanzado.

Honestamente, avergüenza ver hasta dónde hemos llegado y fallado como gobierno y sociedad para tener este tipo de cáncer lacerante, al grado tal que hoy en día sabemos más por los medios de información, sobre todo en redes sociales, que por las propias instituciones, tal y como ocurrió con la reaprehensión de Guzmán Loera.

Curiosamente, el 29 de octubre último compareció ante la Cámara de Diputados el secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, a quien le preguntaron cómo se había escapado “El Chapo” de la celda 20, cuando que el propio funcionario tenía en su oficina un monitor permanente las 24 horas, amén de semanas enteras hubo ruidos y detonaciones de las excavaciones en el altiplano, que todo mundo escuchó, menos él, pero no supo o no lo quiso aclarar.

Tampoco respondió cuando Morena le preguntó que por qué entregó al Congreso de la Unión un vídeo editado y sin audio a la Comisión Bicamaral, cuyos miembros posteriormente vieron y escucharon el vídeo con sonido a través de los medios.

Ah´, pero ahora sí hubo enorme publicidad y festejo por la reaprehensión, aunque, a nivel internacional se observa a un gobierno más preocupado por quedar bien afuera del país, pese a que por dentro estemos en las peores condiciones sociales y económicas.

Por ejemplo, el New York Times habló de la teatralidad con la que se manejó la detención y llamó la atención, ya que, en su opinión, el gobierno pretendió distraer los problemas reales y persistentes de México.

Los analistas cuestionaron por qué se pudo detener a “El Chapo”, pero NO encontrar a los 43 estudiantes de Guerrero, o bien, en forma irónica, preguntaban por qué se le pudo detener a él, pero NO la inflación y el precio del dólar.

Por su parte, la revista inglesa The Economist aseguró que la captura no disminuirá la inseguridad ni la violencia que priva en México, y que si bien la influencia del cártel de Sinaloa podría disminuir con su jefe tras las rejas, esto abrirá la oportunidad a grupos más peligrosos, ya que no es más que un nudo grande, sólo uno entre muchos.

El diario español El País, por su lado, se refirió a la vulnerabilidad e ineficiencia del sistema penitenciario mexicano, ya que evidencia la red de corrupción dentro y fuera de los penales y del país.

Lo cierto de todo esto es que la recaptura de este personaje o de los principales capos de los cárteles y otras organizaciones no resuelve los problemas económicos ni de seguridad en México.

El panorama de violencia generalizada sólo puede solucionarse si se combaten la corrupción e impunidad que permea en todos los ámbitos de la vida pública, aunque también es indispensable destinar más recursos a la educación, cultura, deporte, desarrollo social y empleo.

Hoy también vemos en el segundo capítulo de la “novela” que van tras actores y actrices, pues alguien deberá pagar la ineficiencia del sistema. Es una reflexión sobre el país que queremos construir y hacia dónde queremos ir, no una crítica.

Lamentablemente, a nivel internacional somos escaparate de los peores cánceres sociales y peores conductas, ante la imposibilidad de contar con fuentes de empleo dignas para los jóvenes…  y otras fuerzas oscuras están ofreciendo la estabilidad que no nos pueden proporcionar, aunque Peña Nieto se desgañite con su supuesta misión cumplida.

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