- Vergonzoso trienio de del priísta Fredy Marrufo
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO/A punto de concluir un vergonzoso trienio que prácticamente provocará que el PRI entregue el poder a sus odiados enemigos del PAN, el presidente municipal de Cozumel, Freddy Marrufo Martín, cumplió las expectativas en el sentido de que sólo alcanzó el poder en pago por encubrir y propiciar el sospechosos sobreendeudamiento de Quintana Roo que heredó a éste el ex gobernador Félix González.
En efecto, a unos cuatro meses del cambio de estafeta, el PAN retornaría al palacio municipal que ocupó un militante del blanquiazul, Gustavo Ortega Joaquín (2005-20008), aunque ahora en condiciones completamente diferentes, ya que, con sobrada “experiencia” en el arte de endeudar, Freddy Marrufo ¡duplicó la deuda de esa ínsula en menos de tres años!
Apenas en octubre último, el funcionario, quien fuera titular de la Secretaría de Finanzas con González Canto, obtuvo del Congreso del Estado una línea de crédito por más de 316.7 millones de pesos, supuestamente para refinanciar parte de la deuda de 186 millones de pesos que contrató Aurelio Joaquín González para inversión pública productiva.
Para ese efecto, Marrufo Martín comprometió parte de las participaciones federales así como los ingresos propios que recaudará la Comuna vía impuestos en los próximos 20 años, en tanto que la deuda pública total se elevará a más de 700 millones de pesos.
Pero eso no fue todo, ya que, apenas un día después de que el primer edil casi pierde la vida en un accidente aéreo, la calificadora Fitch Ratings le volvió a dar otro susto el 20 de enero último, al bajarle la calificación crediticia a su administración por el reciente incremento en la deuda pública municipal.
Según la calificadora, al cierre del ejercicio fiscal 2016 los indicadores relativos de deuda y sostenibilidad serán presionados de manera importante, ya que alcanzará un bajo indicador respecto de los ingresos fiscales presupuestados, mientras que “el pago del servicio superará la generación de ahorro interno esperado”.
En este contexto, la correduría internacional le asignó una calificación que significa que existe un elevado riesgo de incumplimiento del pago del empréstito ante instituciones bancarias y que la capacidad de pago sigue siendo más vulnerable al cambio económico adverso con el paso del tiempo.
Pese a que la nueva deuda sería para refinanciar su deuda histórica además de liquidar un crédito de corto plazo por 37 millones de pesos, el financiamiento aumentará en alrededor de 200 millones de pesos la deuda soberana del ayuntamiento, con lo cual casi duplicará el monto total.
Como un latigazo al rostro sobre su pésimo desempeño administrativo, la calificadora explicó que desde 2014 el ahorro interno de la administración de Fredy Marrufo se deterioró y afectó la liquidez de Cozumel, en una tendencia que permanecerá en el corto plazo, dada la estructura operativa del municipio.
Ojalá eso fuera todo el daño del ahijado de Félix González, pero el caso es que, solapado por el munícipe bajo inconfesables, en Cozumel se “cocina” otro ecocidio similar al recién sofocado en Cancún, ya que afectaría manglares y fauna en un sitio único de reproducción, según acusan ambientalistas que han puesto el dedo en la llaga.
Pese a que Quintana Roo está plagado de embestidas inmobiliarias que sin escrúpulos pretende crecer cueste lo que cueste, como ocurrió en el malecón de Tajamar en Cancún, ahora se planea un ecocidio de graves consecuencias en un área natural protegida del municipio.
Se trata de un proyecto carretero de cuatro kilómetros de largo y 12 metros de ancho que acecha la Isla la Pasión, donde, de acuerdo con Guadalupe Álvarez Chulim, presidenta de la asociación civil Cielo, Tierra y Mar (Citymar), se planea un proyecto hotelero que, irónicamente, promueve la Comuna cozumeleña.
Apenas el 22 de enero, Marrufo Martín informó sobre ese proyecto que calificó “de modernización” del camino, que incluirá una ciclopista, obra en la que se invertirán 90 millones de pesos, aunque aún no tiene fecha de inicio, aunque existe un decreto del Área Natural Protegida de Flora y Fauna de 2012 y un Programa de Manejo (2015) que prohíben la construcción de nuevos caminos y la ampliación de los existentes en la zona.