qroo

 

  • Los candidatos pelean palmo a palmo cada voto

 

Por Luis A. CABAÑAS BASULTO/Demasiado confiado en sus triunfos de las últimas elecciones, el PRI enfrentará en junio próximo una de las elecciones más reñidas de su historia, cuando, en un proceso en el que se dice que la cuña apretará por ser del mismo palo, su ahora “hijo pródigo”, Carlos Joaquín González, buscará la gubernatura que dejará vacante uno de los mandatarios más cuestionados de la joven historia de Quintana Roo.

Nos referimos al controvertido Roberto Borge Angulo, un joven, bisoño político cozumeleño que, al igual que su antecesor, su paisano Félix González Canto, dejará la entidad sumida en la más espantosa de las miserias, con una desconocida deuda pública que, sin embargo, rebasa los 23 mil millones de pesos, prácticamente el doble de la que heredara del ahora senador priísta.

Con un sospechoso manejo que convirtió al Estado más turístico del país a uno de los más endeudados, después de Coahuila y Veracruz, y con un futuro incierto porque los quintanarroenses deberán pagar ese débito en los próximos 30 años, sin embargo, Roberto Borge perdió algo más valioso que su nula credibilidad administrativa: Alguien que le respalde después de abandonar el poder.

En efecto, desde el inicio de su trienio el cozumeleño le apostó al continuismo político en la gubernatura, a la que sólo puso ascender gracias al entonces poderoso Félix González, para lo cual impulsó desde el principio al yucateco convertido en playense, José Luis “Chanito” Toledo Medina, a quien convirtió en su “delfín”, inicialmente como diputado local y después diputado federal.

Sin embargo, no cuajó su jugada, en la que tenía como “Plan B” a su Secretario de Gobierno, Gabriel Mendicuti Loría, pero, temerosa de perder la gubernatura, la cúpula priísta optó por otro aspirante, Mauricio Góngora Escalante, presidente municipal de Solidaridad, a quien apoyaba Félix González, con quien fungió como Secretario de Finanzas.

 

LA RENUNCIA AL PRI

También incluido en la larga lista de aspirantes, Carlos Joaquín, quien hace seis años buscó también la gubernatura, terminó renunciando al PRI ante su permanente distanciamiento con Roberto Borge, y se refugió como abanderado en la alianza PAN-PRD, con lo que se convirtió en el enemigo a vencer en junio próximo ante la coalición PRI-Verde-Nueva Alianza y, de facto, Encuentro Social.

Con todo, las cosas se le antojan complicadas a un tricolor que por siempre ha gobernado Quintana Roo desde su creación como Estado, pese a las cada vez más marcadas amenazas de la oposición, principalmente del PRD, que ha estado a punto de arrebatarle la gubernatura en dos oportunidades, la primera de ellas con Juan Ignacio García Zalvidea “Chacho” y posteriormente con Gregorio “Greg” Sánchez Martínez.

En ambos casos, los aspirantes gobernaron el municipio cancunense de Benito Juárez, hoy nuevamente en manos del PRI, y en ambos casos también, de manera sospechosa terminaron en la cárcel.

Sexenios después, el PRD, en alianza con el PAN, buscará expulsar al PRI de la gubernatura, ahora con mayores posibilidades, aunque el PRI confía en el llamado voto “duro”. Claro que la cúpula preferiría “amarrar” en triunfo, para lo cual se espera una serie de negociaciones que, tras bambalinas, también favorezca a sus enemigos.

Para ese efecto, estaría dispuesto a cederles al menos las presidencias municipales: Benito Juárez, Tulum, Cozumel y Othón P. Blanco, la primera al PRD, las dos siguientes al PAN y la tercera a la coalición, aunque también se habla de por lo menos cinco diputaciones locales, todo ello, desde luego, en acuerdos cupulares, sin considerar en lo más mínimo la opinión de Roberto Borge.

Desde luego que el precio de la negociación sería la entrega de la gubernatura de Quintana Roo para Mauricio Góngora, con lo que Carlos Joaquín se quedaría de nueva cuenta en la orilla, tal y como ocurrió el sexenio anterior, aunque, como en aquella ocasión, también negocie algunas posiciones para su gente.

Lo único cierto es que, a menos de mes y medio de las elecciones, y de frente a las desangeladas campañas de los aspirantes a la gubernatura, hasta hoy sigue la moneda en el aire, sin nada para nadie.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

t>