Por Agencias SFAS/TEAPA, TAB.- El periodista Ismael Díaz López fue asesinado esta madrugada en el municipio de Teapa, al recibir una puñalada en el pecho por parte de unos sujetos que lo interceptaron cuando estaba en su vivienda. Se sospecha de su esposa y de un comandante de la policía ministerial.
El comunicador, aún con vida fue trasladado a Villahermosa, sin embargo en el trayecto al hospital falleció.
El hecho de sangre se suscitó en la calle 18 de Marzo de la colonia Revolución, cuando un grupo de malandrines atacó por sorpresa al periodista, quien al poner resistencia recibió golpes y una puñalada en el pecho.
Cabe mencionar que ayer, apenas, Ismael Díaz había celebrado su cumpleaños.
LAS SOSPECHAS
Días antes del asesinato del periodista Ismael López, amigos y colegas del gremio dijeron que el ahora occiso había tenido problemas con su cónyuge, ya que le había encontrado conversaciones algo comprometedoras con un comandante de la judicial de aquella zona.
Dijo igual que su cónyuge lo había amenazado que si no le regresaba el celular hablaría al mismo comandante para que lo metiera preso, por tal razón Ismael había pedido la ayuda de agrupaciones periodísticas de Chiapas para que lo cobijaran, ya que no podría seguir trabajando en Teapa debido al hostigamiento por parte de su pareja y del comandante del cual se presumía habría alguna relación.
“Tengo miedo de que esa mujer con el comandante me puedan hacer algo”, reveló a periodistas y reiteró tener en su poder el celular que le había quitado a su cónyuge en donde la ponían en la evidencia como mujer honesta.
Por tal razón agrupaciones periodísticas preparan ya movilizaciones y exigen ya al fiscal Fernando Valenzuela investigue el caso, pero sobre todo al comandante de la judicial de aquella zona a quien por cierto se dice que el día de la muerte del periodista, se le vio tomando bebidas alcohólicas en conocido bar de Teapa junto con su partida y completamente armados.
NO HAY GARANTÍAS PARA
EJERCER LIBERTAD DE PRENSA
Cabe mencionar que en esta región no hay garantías para que los periodistas realicen su trabajo, pues la delincuencia común y organizada hace de las suyas y cualquier denuncia de los medios provoca el enojo de los criminales que amenazan con quitar la vida al comunicador que se atreva a evidenciarlos.