Por Pedro Pablo Jaramillo/Jalapa, Tab.-  Esperanza Méndez  y Fermín Torres, el dúo maligno y perverso que se burló del mandato popular de los jalapanecos, a un año de haber entrado al poder, su fortuna de los tortolos es inmensa cuando llegaron con una mano atrás y otra adelante.

Carros, lujos y riquezas son ostentadas por esta dupla infernal que no conforme con jugar con la salud y la pobreza de la gente, la juanita todavía se burla de la fe católica al salir en sus eventos con sendo rosario colgado en el cuello, cuando uno de los mandamientos dice que no robarás, mucho menos codiciarás.

Dicen los feligreses que podrá burlarse de la indefensa población menos de Dios que todo lo ve y que seguramente castigará sus actos inmorales y de rapiña; no obstante su marido Fermín, el Síndico, dicen los mismo católicos; que vive en el pecado al llevar doble vida; es decir vivir con dos mujeres a la vez y pregonar que es un hijo de Dios.

Según algunos dirigentes de partidos y politólogos  críticos al régimen administrativo municipal actual, que «preside» la alcaldesa Esperanza Méndez Vázquez -dado que la reforma político electoral, le permite a las mujeres hacerse de las alcaldías por la equidad de género- su esposo  Fermín Torres, en ese entonces de las campañas y elecciones fue el candidato electo desfasado y ahora es el Síndico de Hacienda, para la mayoría de la población en el ayuntamiento de Jalapa quien toma las decisiones exprofeso es su mismo cónyuge.

Grupos antagónicos, representados por líderes naturales de comunidades donde las necesidades de salud son precarias, al ser indagados sobre si saben quién tiene el control político y administrativo, coincidieron en que la «presidente municipal no se manda sola….ni sabe gobernar. Ahí quien manda es el Síndico Fermín Torres, su marido, pues el sí se ha mantenido en la política y conoce el teje maneje electoral», aseguran las fuentes bajo reserva.

Derivado de ello, un activo militante de Morena, según dijo, «en Jalapa para nadie es un secreto a voces que ahora resulta que no solo la presidenta municipal tenga guaruras; sino que su esposo Fermín y sus hijos gozan de guardaespaldas y carros nuevos, mientras que la inseguridad y robos están a la orden del día».

Juvencio Aguilar, un pastor cristiano que tuvo la oportunidad de hospedarse dos días en el municipio, declaró a Sin Fronteras que «este municipio de Jalapa, al ser tan pequeño en comparación con otros como Teapa y Macuspana que son grandes; es inmoral ver como las cantinas y casas de cita y la prostitución impera, mientras que el DIF desatiende el alcoholismo y la desintegración familiar, así no debe actuar un gobierno de manera insensible e irresponsable sin programas de combate a estos flagelos».

 

Algunos otros rematan que la familia presidencial de una año para otro ya acumulan riquezas y lujos sin que Jalapa crezca económicamente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *